miércoles, mayo 23, 2007

Se me hace tarde, otra vez

Siempre me muestro disponible en el messenger. Disponible y servicial dispuesta a ser hipócrita y mantener una conversación fluida con quien menos me apetece. Pero él trabaja en una oficina y siempre me dice hola.
Quería ir a ducharme desde hacía un rato y para terminar la conversación se lo he dicho. Sin más.
"Ahora me ducharía contigo, como aquella vez en mi casa", me ha soltado.
Me ha venido un flash de ese momento, en su baño Ikea con baldositas cubriendo el espacio de la ducha hasta la mitad de la pared. Con lavabo cuadrado, casi plano y grifería moderna.
Esa noche me dijo que tenía mala suerte: "Siempre me cruzo con las chicas que no puedo tener". E hizo espaghettis sin saber que es mi plato favorito. Y me enseñó su casa y su vestidor, sí, tiene vestidor, sin saber que me encanta cotillear (especialmente en los armarios del los baños ajenos). Y me regaló unos pendientes muy bonitos, traidos de un país al otro lado del Atlántico. No recuerdo cual. Y a la madrugada siguiente me llamó deseando verme sin sospechar que me torcía otros planes mucho más perfectos.
La hipocresía termina matizada por un recuerdo dulce, de sentimientos más conmovedores que los esperados en una noche de borrachera, o los no esperados, mejor dicho. Por eso no puedo dejar de contestarle. Aunque no aguante sus comentarios infantiloides que me tuercen la sonrisa.

P.S. Tened siempre vuestros armarios del baño en buen estado. No soy la única que los abre mientras está sentada en la taza...

1 comentarios:

Blogger Mrs. Sarmiento ha dicho...

Jejejeje... mi hipocritilla. Pobrecita. Lo que tienes que aguantar por no ser capaz de dar un desaire, ains.
Y no te voy a preguntar si has cotilleado en los armarios del lavabo (y lo que no es el lavabo) de mi casa, porque pa' qué. Je. Yo también lo hago.

24/5/07 9:40 a. m.  

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